martes, 26 de febrero de 2013

CHAMANISMO: EL ARTE DE CURAR



Por José María Poveda

El chamánismo es una forma de psicoterapia en el sentido esencial, es
una relación de ayuda cuyo propósito es curar al individuo cuando
éste se presta voluntariamente a ello. El chamánismo aparece en la
prehistoria y sigue vivo en su forma original en muchas zonas del
mundo.
El chamán, o la chamána, es la "persona que sabe", (en lengua tungus
de Siberia), utiliza su experiencia para llevar al cliente a un mejor
nivel de existencia.
Podemos establecer cuatro criterios básicos para la práctica
curativa:
1- Relación de confianza cargada emocionalmente con el terapeuta.
2- Explicación emocional eficaz para estructurar su desorden
interior. Se recurre al mito en el que el chamán para ser sanador ha
salido de la experiencia de la muerte.
3- La utilización de procedimientos como el ritual.
4- Un ambiente que favorezca la curación, que refuerza este encuadre
las expectativas y las influencias del sanador como la naturaleza, la
tierra, las plantas y los animales…
El chamán por tanto trabaja con un sistema multidimensional, es capaz
de ver "mundos sobre mundos". Del mismo modo que una rana vive en el
agua, en la tierra y en el aire, el chamán sabe vivir los mundos de
forma apropiada.
Un chamán puede trabajar preferentemente en el plano material
como "huesero" que trabaja con objetos puros, con "cosas", con la
materia del hueso. En el plano interpersonal lo importante es la
comunicación, lo que se crea entre los participantes. El "huesero"
será capaz de establecer una relación personal no solo con el
paciente, sino con el propio hueso que esta reparando. Así lo
corporal en la ceremonia ritual de la cabaña del sudar es la limpieza
del cuerpo. Al mismo tiempo en el plano personal es un momento y
espacio rituales para "limpiar" las relaciones con los otros. Un
tercer mundo es el mundo simbólico en el cual las cosas tienen
significado, valores. Así una bandera, un regalo especial nos remiten
a un mundo como el mitico, en el cual es posible lo extraordinario.
Por su arte, el chamán, como los místicos, conecta con el "cuarto
mundo", un nivel Transpersonal donde las cosas están relacionadas. El
chamán no tiene miedo para conectar con el trance donde se incluye el
tránsito de la muerte, las pérdidas y determinadas técnicas para
adoptar las posiciones del cuerpo del paciente para sentir el estado
interno de la persona a la que esta curando. Para llegar a este
cuarto nivel el chamán entra en trance, en un estado modificado de
consciencia.
Podemos resumir algunos de los procedimientos implicados en la
entrada al trance y su mantenimiento:
1- Cambiar la conducta (por ejemplo usando la danza o una postura
fija o cambiando el ritmo respiratorio intencionadamente).
2- Cambiar las sensaciones internas y externas del mundo sensorial
(olores, visiones y sonidos).
3- Cambiar la percepción del nivel de conciencia.
4- Aumentar las motivaciones para entrar en trance y superar los
naturales miedos.
5- Acentuar y disminuir las emociones. El chamán puede "dar más
miedo" hasta resultar sobrecogedor o mostrar una actitud protectora.
6- Jugar con la identidad utilizando la máscara con sus distintos
significados. El chamán sabe que la mascara cambia a los que ven al
enmascarado, pero es el portador consciente de la mascara el que
resulta mas profundamente transformado y el primero que entra en
trance.