Yemayá
Por Raquel Atri, Una Sampere y Esther Domínguez
La historia de todas las diosas vive en nuestra psique como un arquetipo. En cada edición encontrarás la historia de una diosa, hoy te presentamos a nuestra madrina: Yemayá.Yemayá es uno de los 7 poderes africanos, una diosa de gran aceptación popular, cuya sincretización con la Virgen de la Regla facilitó la aceptación del cristianismo entre los cubanos y sudamericanos descendientes de África. Sus símbolos son los barcos, las conchas, las flores y los abanicos, y sus colores son el azul y el blanco. Relacionada con las olas del mar, los crustáceos y criaturas marinas, Yemayá es la diosa que creó el océano, la que ayuda a las mujeres y se relaciona con la Luna femenina, es una imagen que representa fertilidad y creatividad, de sus aguas se origina la vida. Escogimos a la diosa Yemayá porque nos inspiró y ayudó a dar a luz este proyecto. Siendo así, les entregamos una anécdota que les ayudará a comprenderla mejor. "Hace un mes, tuve la fortuna de visitar el mar y antes de entrar en él pensé en Yemayá. Cuando me metí al mar lo hice con toda la intención de dejar en él todo lo que me estorbara y yo saliera "limpia" y lista para vivir algo nuevo. No pensé en nada específico, sólo eso. Ese día yo vestía lentes obscuros y un broche que no había querido desechar, aunque ya estaba medio viejo, no deseaba mojarme el cabello sólo quería entrar al mar y salirme después. El oleaje era fuerte, y fue esa energía la que me mojó el cabello y que los lentes y el broche me los arrancara. Después de este suceso, me dí cuenta que lo que me molestaba ese día para disfrutar del agua se había ido, así que me rendí por completo y me dejé llevar por la olas. Fue maravilloso, entre risa y llanto no sabía que me pasaba, pero hubo un momento en el que las olas estuvieron más calmadas y pude flotar boca arriba, mire al cielo y ahí limpie mi energía. Cuando las olas volvieron a estar fuertes entonces me salí sin mirar al mar. Regresé al hotel y mi día fue diferente. Durante dos semanas no dejé de soñar con este ritual tan purificador". Yemayá nos enseña que así como las olas van y vienen, pasa lo mismo con nuestros problemas y las oportunidades. Debemos ponernos alerta ante cualquier situación que se nos presente para dejarnos llevar y fluir, así como mantenernos a flote en lo posible para que las olas no nos tomen por sorpresa. Es importante saber que hay cosas que podemos controlar y otras que no. Lo cierto es que Yemayá siempre estará con nosotros. Si no puedes ir al mar, cierra tus ojos e imagina entrando a él.
Yemayá
Omío Yemaya Omoloddé! Yemaya Ataramawa!
Por Una Sampere www.unapintora.com
Yemayá, Madre de toda la Vida. Cuenta la leyenda que su primer regalo a la humanidad fue una concha marina donde su voz siempre puede ser escuchada. Si colocamos nuestra oreja al interior de sus valvas, Yemayá se hará presente ante nosotros con su "canto", la voz del océano.
Mujer hermosa de pie entre las olas, Sirena, la Madre de Todos, la Fuente de las Aguas y de toda la Vida en la Tierra. Yemayá es la diosa de la comodidad y la inspiración, cuando se trata de cuidar, sus impulsos son sinceros y reconfortantes.
Diosa compasiva a la que se le invoca para favorecer los nacimientos, el amor, los asuntos domésticos y la curación. Protectora de la familia; como el agua, ella representa la dualidad de cambio y constancia, impulsando la vida, protegiéndola y cambiándola para promover su crecimiento y su evolución.
Del Yoruba Yemòjá (Yeyé: madre - Omo: hijo - Eyá: Peces), Madre cuyos hijos son los Peces. Representada por las olas del mar, cuyo baile se asemeja el movimiento de las mismas es patrona de las aguas, la Luna, los sueños, los grandes secretos, las conchas marinas, la sabiduría ancestral. Yemayá se muestra ante nosotros como la semilla de todas las manifestaciones y la fuente de toda vida. Así como el bebé en gestación nada durante nueve meses en el vientre de su madre, los peces hacen lo mismo en el mar. Maternal y compasiva promueve el bienestar de los hombres, alienta, da consuelo y lava la tristeza de los corazones. Como el océano, puede ser destructiva y violenta, oscura y profunda. Yemayá tiene varios aspectos o caminos, desde el más dulce y amoroso hasta el más mágico y profundo, goza del poder de la creación, de la destrucción y la regeneración.
Yemayá alimenta la semilla y la fuerza de todo lo que vive, sin ella, habría sólo caos y muerte. Por ella existe la vida y la esperanza.
Esta diosa nace de los ríos africanos del oeste, para ser precisos del río Oggún, el más grande de Nigeria. Originalmente vista como un espíritu de la naturaleza, un Orisha, Yemayá representó la fuerza natural femenina, y está en el grupo de los Oshas de cabecera.
Para los practicantes del antiguo Yoruba, el río era la fuente de agua más poderosa, por lo que se creía que era donde se originaba toda vida. Durante el tránsito al Nuevo Mundo, el pueblo Yoruba conoce el océano, mismo que se vuelve el símbolo de la diosa, la entraña del mundo, la protectora de la vida en el cambio. Como consecuencia de este viaje, Yemayá, la Madre Cuidadora, se convierte en la más prominente y venerada figura del Nuevo Mundo.
El culto hacia esta diosa surge en África y llega después al Nuevo Mundo; ahora también como la Virgen María, como la Virgen de Regla (Virgen de Madrid) y como la Virgen de la Inmaculada Concepción.
Sabiduría
Yo nutro, yo curo, toco, bendigo, consuelo y completo aquello que se encuentra incompleto. Me encuentro dentro de tí y necesitas mirar hacia tu interior para descubrir mi presencia eterna.
Símbolos
El objeto de poder de Yemayá es un agbegbe, abanico de plumas de pato o pavo real decorado con madreperlas y conchas. Un objeto hecho con pelos de la cola del caballo con cuentas azules y blancas.
Una campana que se suena, la llama.
La concha es su símbolo, y los peces son sagrados para ella.
Sus joyas son de cristal, de perla y de concha nácar.
Los animales asociados a ella son el pavorreal, el pato, los peces, la paloma, los pollos, los gallos, las serpientes y todas las criaturas marinas.
Las algas, el coral, las naranjas, las flores tropicales -en especial blancas y azules- las frambuesas, la sandía, el melón, la canela, violetas los berros...
Los jabones perfumados, la plata, las perlas, la concha nácar, la piedra de luna, el cristal de cuarzo blanco, la turquesa. Las telas, los encajes, los barcos, las plumas, los yams y los granos.
Sus colores, el azul, el blanco y el plateado. Vestida con siete faldas azules y blancas como el mar y los lagos profundos.
Su número es el siete, símbolo de los siete mares que provienen de su fuente.
Su receptáculo es una sopera o tinaja de loza de color azul o de tonalidades azulinas que contiene las otá (piedras especiales) que viven en el mar. Los atributos de Yemayá son 7 remos, 7 adanes (manillas), una corona, un timón, barcos, hipocampos, peces, conchas, corales, un Sol, una Luna llena, una mano de caracoles, una sirena, platos, un salvavidas, una estrella, una llave, una maraca pintada de azul, abanicos redondos, un pilón y todo lo relativo al mar de hierro, plata o plateado.
Celebrada el día 2 de febrero y el 31 de diciembre; el 7 y el 9 de septiembre y la noche anterior al Solsticio de Verano, cuando se ofrendan al mar barcas llenas con flores. Asociada con la Estrella del Norte, Yemayá también representa el día de Año Nuevo.
La tradición brasileña de la Candelaria, de encender velas la medianoche del 31 de diciembre, hace honor a Yemayá.
Ofrendas a la diosa
Para comunicarse con Yemayá y recibir sus bendiciones, es preciso escribirle una carta y ofrecérsela al mar.
Invoca a la diosa por medio de bendiciones, compasión, sabiduría, fertilidad, creación, riquezas, inspiración, maternidad, fuerza femenina, riqueza natural, hechizos de amor, de mar, de magia, deseos, rituales de fertilidad, hijos, sustentar la vida, quitar la tristeza, revelar misterios, adquirir sabiduría ancestral, proteger el hogar, aprender a no perder el propio poder y para calmar a los niños en crisis.
Puede ser invocada como Erzulie para la belleza, la buena fortuna y la buena salud. Como Yemoja para curar la infertilidad, como Yemana para que haya lluvia, como Emanjah para enseñar a los niños, como Yemayá Olokun para la magia de los sueños y para proteger a los bebés que todavía no nacen. Como Yemayá Ataramagwa en los hechizos de dinero. Invoca a Yemayá como Agwe para recibir afecto y bendiciones. Protectora de los ancestros, también venerada como la Madre del Mar, patrona de los pescadores, su símbolo la Luna creciente. Como Yemanja Afodo, protectora de los navegantes. En el Vudú Haitiano, se venera su figura de diosa Lunar, protectora de madres y niños.
Yemayá gobierna la superficie iluminada de los océanos, donde se concentra la vida, donde el agua se evapora para ser llevada a tierra firme por su hija Oyá (el viento) que la convierte en agua de lluvia para los cultivos. Olokun (descrito como masculino, femenino o hermafrodita) que representa la profundidad, la oscuridad y turbulencia del fondo del océano y el subconsciente, es su balance. Olokun demanda respeto, pero es Yemayá la diosa asociada a la creación y a la vida misma. Cuando sus aspectos duales, tales como el masculino y el femenino, el poder y la compasión se mantienen en equilibrio, se unen para ofrecer enormes regalos y energía ilimitada.
Yemayá nos recuerda que incluso las peores catástrofes pueden ser sobrellevadas, gracias a su apoyo. Podemos aprender a negociar las idas y venidas del cambio en nuestra vida con sabiduría, valor y gracia.
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viernes, 25 de mayo de 2012
Yemaya
viernes, 4 de mayo de 2012
Su Posicion...
En algunas culturas, la frontera entre el chamán y la persona laica no es nítida:
Entre los barasana, no hay diferencia absoluta entre aquellos hombres reconocidos como chamanes y aquellos que no lo son. Al nivel más bajo, la mayoría de hombres adultos tienen algunas capacidades como chamanes y llevarán a cabo algunas de las mismas funciones de aquellos hombres que tienen una amplia reputación por sus poderes y conocimiento.
La diferencia es que el chamán conoce más mitos y entiende mejor su significado, pero la mayoría de los hombres adultos también conocen muchos mitos.
Algo similar puede observarse entre algunos pueblos esquimales. Muchas personas laicas han sentido experiencias que son normalmente atribuidas a los chamanes de esos grupos esquimales: la experimentación de sueños despiertos, la ensoñación o el trance no están restringidos a los chamanes. Es el control sobre los espíritus ayudantes lo que es principalmente característico de los chamanes, la gente laica usa amuletos, hechizos, fórmulas y canciones. En Groenlandia entre algunos esquimales, hay personas laicas que pueden tener la capacidad de tener relaciones más cercanas que otros con seres del sistema de creencias. Estas gentes son chamanes aprendices que no consiguieron llevar a cabo su proceso de aprendizaje.
El ayudante de un chamán oroqen (llamado jardalanin, o «segundo espíritu») sabe muchas cosas sobre las creencias asociadas: él/ella le acompaña en los rituales e interpreta el comportamiento del chamán. A pesar de esto, el jardalanin no es un chamán. Por su rol interpretativo y de acompañamiento, sería incluso inoportuno entrar en trance.
La manera cómo los chamanes obtienen sustento y toman parte en la vida cotidiana varía entre culturas. En muchos grupos esquimales, proporcionan servicios para la comunidad y obtienen un «pago vencido» (algunas culturas creen que el pago se le da a los espíritus ayudantes ), pero estos bienes son solo «añadidos bienvenidos». No son suficientes para permitir hacer de chamán como una actividad a tiempo completo. Los chamanes viven como cualquier otro miembro del grupo, como cazador o ama de casa
Iniciacion al Chamanismo...
Iniciación y aprendizaje
En las culturas chamánicas del mundo, el chamán juega un papel de párroco; no obstante, hay una diferencia esencial entre los dos, como Joseph Campbell describe:
El párroco es el miembro socialmente iniciado y ceremonialmente inducido de una organización religiosa reconocida, donde mantiene un cierto rango y hace de arrendatario de un cargo que fue ocupado por otros antes de él, mientras que el chamán es uno, que como consecuencia de una crisis psicológica personal, ha adquirido un cierto poder por sí mismo.1969, p. 231
Un chamán puede ser iniciado a través de una enfermedad grave, siendo alcanzado por un relámpago y soñando con un trueno para convertirse en un Heyoka, o por una experiencia cercana a la muerte (p. ej., el chamán Alce Negro), o uno puede seguir una «llamada» para convertirse en chamán. Hay normalmente un conjunto de imaginería cultural que se espera que se experimente durante la iniciación chamánica sin importar el método de inducción. Según Mircea Eliade, esta imaginería a menudo incluye ser transportado al mundo de los espíritus e interaccionar con seres que habitan el mundo distante de los espíritus, encontrar un guía espiritual, ser devorado por algún ser y aparecer transformado, o ser «desmontado» y «vuelto a montar» de nuevo, a menudo con amuletos implantados tales como cristales mágicos. La imaginería de la iniciación generalmente habla de transformación y de los poderes otorgados para trascender la muerte y el renacimiento.
En algunas sociedades chamánicas se considera que los poderes son heredados, mientras que en otros lugares del mundo se considera que el chamán ha sido «llamado» y requiere un entrenamiento largo. Entre los chukchis siberianos uno puede comportarse de maneras que los clínicosbiomédicos «occidentales» caracterizarían tal vez como psicótico, pero que los pueblos siberianos pueden interpretarlo como una posesión por un espíritu que demanda que uno asuma la vocación chamánica. Entre los Tapirapé sudamericanos, los chamanes son llamados en sus sueños. En otras sociedades el chamán elige su carrera. En América del Norte, los pueblos de las Naciones Originarias buscarían la comunión con los espíritusa través de una «búsqueda de visión»; mientras que los shuar sudamericanos, buscando el poder para defender a su familia contra los enemigos, aprenden ellos mismos para lograr ser un chamán. Asimismo los urarina de la amazonia peruana tienen un elaborado sistema cosmológico basado en el consumo ritual de ayahuasca. Junto con los impulsos milenarios, el chamanismo ayahuasca de los urarina es una de las características clave de esta sociedad poco documentada.
Supuestamente también pueden observarse «tradiciones» chamánicas habituales entre los pueblos indígenas kuna de Panamá, que confían en poderes chamánicos y talismanes sagrados para curar. Por eso, gozan de una posición popular entre los pueblos locales.
todo lo anterior puede ser cierto pero para hacerse chaman hay que ayunar de sexo y comida (No en todos los casos, los "Chamanes" de América no deben necesariamente tener castidad), siguiendo los pasos del maestro santo.
La Grandeza de los Chamanes,...
Chamanes en el rompecabezas cósmico
Sólo son seres humanos y, sin embargo, son mucho más que eso. Aunque existe un corpus de conocimiento teórico, se accede al chamanismo exclusivamente por la árida senda de la experiencia. El chamán se "suicida" conscientemente y efectúa el viaje de la muerte, en el cual afronta, en la mayoría de los casos, graves riesgos. Aprende sobre lo que hay más allá y retorna a la vida convertido en un nuevo ser capacitado para ser guía de otros. Un terrible y disciplinado entrenamiento que durará toda su vida, hace de él un especialista en el arte de alterar a voluntad sus estados de conciencia y los de sus semejantes, lo que siempre hace con sumo cuidado y en pos de objetivos concretos. El chamán sabe muy bien que con los "otros" mundos u otras realidades no se juega. Desde tiempos inmemoriales conoce algo que la ciencia moderna comienza apenas a intuir y comprobar (en la física cuántica, por ejemplo): que la realidad depende del estado de conciencia en el que se vive y que las realidades de los estados alterados son tan ciertas como ésta en la que estamos; todas las realidades están "ahí como las capas de una cebolla", diría Don Juan a Castaneda. El chamán está consciente también de que ningún estado de conciencia es superior a otro y que todos son necesarios par ala vida, por lo que reconoce su humilde ubicación en el Universo.
Los que más prejuicios tienen respecto al concepto de realidad no normal son aquellos que jamás la han experimentado. A este paralelo del etnocentrismo podríamos denominarlo cognicentrismo, afirma Michael Harner. Una vez que se haya adquirido un conocimiento empírico de los estados chamánicos de conciencia empezarán a respetar sus principios metodológicos. Quizá entonces estaremos preparados para llevar a cabo un análisis imparcial y científico de estos.
Sin embargo, las figuras del chamán y el científico no están tan separadas como creemos, y el propio Harner señala con acierto que el chamán –al igual que el científico– está continuamente reorganizando sus experiencias personales como si fueran parte de un gran rompecabezas cósmico. Se necesitan muchos años de experiencia para alcanzar un alto grado de conocimiento y ni siquiera los maestros chamanes tienen la esperanza de completar el rompecabezas en el transcurso de su vida.
... Yo practico el chamanismo no porque desde un estado normal de conciencia entienda por qué funciona, sino simplemente porque funciona, comentó un chamán moderno a Michael Harner.
El chamán se nos revela así como un ser solitario que se aventura en las dimensiones desconocidas de la psiquis. No deja de sorprender que sea el retraso tecnológico de las culturas a las que pertenecen el que haya permitido que estos hombres y mujeres exploraran hasta el límite las potencialidades y habilidades de la mente humana. Sus métodos, si bien conjuntan medicina, psicología y espiritualidad, son superiores a todas ellas.
LAS METAS DEL CHAMÁN
Su actividad se orienta a curar, a sanar. Busca actuar siendo él mismo una medicina, una solución viviente. Desarrolla una relación de ayuda con el paciente. Al comenzar cualquier trabajo chamánico siempre tiene un propósito. El problema es tomado por el chamán como un reto; él sabe que está dotado de un gran poder y que es fuente de inspiración y confianza al mismo tiempo. Sus tareas, en términos generales, son:
- Restaurar la salud.
- Limpiar
- Purificar.
- Mejorar las relaciones del paciente con su pueblo y su entorno.
- Explicar lo que está ocurriendo y aportar la solución.
Estas acciones pueden desarrollarse sobre problemas físicos, emocionales, espirituales y/o sociales. Sin embargo, lo que diferencia específicamente al chamán de otros seres es que logra estados alterados de conciencia. Es decir, modifica deliberadamente su atención con un propósito específico durante su trabajo. Mientras dura la tarea, su entrega a la misma es prácticamente total, absoluta. La capacidad de enfocar su atención selectivamente llega a ser de una concentración tal que el chamán muchas veces queda en un estado casi cataléptico.
Al intervenir sobre un cuerpo o al "sanar" las relaciones interpersonales, hará continuas referencias al mundo del "espíritu" o Estado Chamánico de Conciencia (EchC), en el cual fundamentalmente se "mueve".
En algunos lugares de Canadá, como Thunder Bay (Ontario), los ojiweyutilizan la técnica del temazcal o Cabaña de Sudar en el tratamiento de fuertes problemas de alcoholismo y drogas. Ambas sustancias pueden actuar de manera global sobre la persona y sus interrelaciones, y por tanto es razonable pensar que los tratamientos integrales chamánicos son muy eficientes.
De hecho, hay que diferenciar entre chamán y chamanismo: todos los actos de un chamán no son necesariamente actos chamánicos. Y personas no-chamanes pueden utilizar o desarrollar trabajos basados en tales técnicas.
Lo básico, la característica esencial del chamanismo, es la capacidad de entrar a voluntad en un estado chamánico de conciencia, con un propósito terapéutico o para buscar conocimiento. En ocasiones se desea alcanzar ambos objetivos. Terminado este trance, el chamán debe poder recordar todo lo que ocurrió durante el mismo.
***
Extraído de:
Diana, Julio. (2005). Chamanismo, sanación y conocimiento. D.F.: Editores Mexicanos Unidos, S.A.
Chamanes como Mediadores...
Los chamanes actúan como «mediadores» en su cultura. El chamán es visto como un comunicador de la comunidad con los espíritus, incluyendo los espíritus de los muertos. En algunas culturas, esta función de mediador del chamán puede ser bien ilustrada por algunos de los objetos y símbolos del chamán. Por ejemplo, entre los selkups, un informe menciona a un pato marino como un animal-espíritu: los patos son capaces tanto de volar como de bucear bajo el agua, así se les considera pertenecientes tanto al mundo superior como al mundo inferior. De modo parecido, el chamán y el jaguar son identificados en algunas culturas amazónicas: el jaguar es capaz de moverse libremente en la tierra, en el agua y trepando árboles (como el alma del chamán). En algunas culturas siberianas, son algunas especies de aves acuáticas las que están relacionadas con el chamán de una manera similar, y se cree que el chamán toma su forma.
«El árbol chamánico» es una imagen encontrada en varias culturas (yakutos, dolganos, evenkis), celtas, como un símbolo de mediación. El árbol es visto como un ser cuyas raíces pertenecen al mundo inferior; su tronco pertence al medio, mundo habitado por humanos; y su copa se relaciona con el mundo superior.
Chamanismo
Hay muchas variantes de chamanismo en el mundo; lo siguiente son creencias compartidas por todas las formas de chamanismo:
- Los espíritus existen y juegan un importante papel tanto en las vidas individuales como en la sociedad humana.
- El chamán puede comunicarse con el mundo de los espíritus.
- Los espíritus pueden ser buenos o malos.
- El chamán puede tratar enfermedades causadas por espíritus malignos.
- El chamán puede emplear técnicas para inducir trance para incitar éxtasis visionario.
- El espíritu del chamán puede dejar el cuerpo para entrar en el mundo sobrenatural para buscar respuestas.
- El chamán evoca imágenes de animales como guías de espíritus, presagios, y portadores de mensajes.
El chamanismo se basa en la premisa de que el mundo visible está dominado por fuerzas o espíritus invisibles que afectan las vidas de los vivientes. A diferencia de las religiones organizadas como el animismo o el animatismo que están lideradas por párrocos y que todos los miembros de una sociedad practican, el chamanismo requiere conocimientos individualizados y capacidades especiales. Los chamanes actúan fuera de religiones asentadas, y, tradicionalmente, actúan solos. Los chamanes pueden juntarse en asociaciones, como han hecho los practicantes tántricos indios.
Los chamanes realizan una plétora de funciones dependiendo de la sociedad donde practican sus artes: curación; liderar un sacrificio; conservar la tradición con historias y canciones; videncia; actuar como un psicopompo (en sentido literal, «guía de almas»). En algunas culturas, un chamán puede cumplir varias funciones en una única persona.
El nigromante en la mitología griega puede ser considerado un chamán ya que el nigromante puede reunir espíritus y levantar a los muertos para utilizarlos como esclavos, soldados e instrumentos para la adivinación.
¿Que es un Chaman?
Chamán (del idioma tungu, de Siberia, xaman o schaman, y éste del verbo scha, saber), individuo al que se le atribuyen las facultades de curar y de comunicarse con los espíritus, en las sociedades cazadoras y recolectoras de Asia, América y Oceanía. Se cree también que el chamán puede indicar en qué lugar se encuenta la caza e incluso alterar los factores climáticos.
Los chamanes cumplen un rol central en las antiguas comunidades, como despositarios de sabiduría. Su don es recibido por herencia, ocasionalmente por vocación, pero exige pasajes de iniciación, consistentes en largos ayunos, retiros y, en ciertos casos, ingestión de alucinógenos naturales. El chamán convierte a los espíritus de la naturaleza y de los hombres en sus “familiares”. Los antropólogos que estudiaron el fenómeno del chamanismo, que se encuentra tanto en pueblos siberianos como entre los sintoístas de Japón, las tribus indígenas del Norte, Centro y Sur de América y las de Australia y Nueva Zelanda, aunque con nombres diversos, pueden realizar “viajes” al mundo espiritual mediante estados alterados de conciencia y para recibir conocimientos. Con todo, el prestigio del chamán en la tribu deriva muy directamente de su poder de sanar.
Los estudios sobre chamanismo parecen indicar que de modo natural, es decir mediante hierbas, raíces y sustancias vegetales, los chamanes realmente sanan. Por otra parte, se supone que su poder de sugestión produce efectos terapéuticos en quienes padecen pánico, angustia y otros desequilibrios psíquicos. Los estudios revelaron que tribus dominadas por los incas de América del Sur poseían conocimientos que les permitían controlar la depresión mediante el uso de fármacos obtenidos con una química rudimentaria.
No se atribuía a los chamanes el papel de sacerdotes, ya fuera porque estaba asignado a otros individuos o porque no existía una clase sacerdotal. En este caso, toda la religiosidad tenía su centro en la figura del chamán, el único intermediario con los espíritus.
Fuente: Wikipedia
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