Los chamanes actúan como «mediadores» en su cultura. El chamán es visto como un comunicador de la comunidad con los espíritus, incluyendo los espíritus de los muertos. En algunas culturas, esta función de mediador del chamán puede ser bien ilustrada por algunos de los objetos y símbolos del chamán. Por ejemplo, entre los selkups, un informe menciona a un pato marino como un animal-espíritu: los patos son capaces tanto de volar como de bucear bajo el agua, así se les considera pertenecientes tanto al mundo superior como al mundo inferior. De modo parecido, el chamán y el jaguar son identificados en algunas culturas amazónicas: el jaguar es capaz de moverse libremente en la tierra, en el agua y trepando árboles (como el alma del chamán). En algunas culturas siberianas, son algunas especies de aves acuáticas las que están relacionadas con el chamán de una manera similar, y se cree que el chamán toma su forma.
«El árbol chamánico» es una imagen encontrada en varias culturas (yakutos, dolganos, evenkis), celtas, como un símbolo de mediación. El árbol es visto como un ser cuyas raíces pertenecen al mundo inferior; su tronco pertence al medio, mundo habitado por humanos; y su copa se relaciona con el mundo superior.
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